Comunidade Caná

Comunidad Católica de Alianza integrada por familias en el seno de la Renovación Carismática

 

Lee en tu Biblia este pasaje: Juan 2,1-12.
Son las bodas de Caná, donde Jesús obró su primer milagro a petición de María, su Madre. Este pasaje es como un termómetro para nosotros, padres y madres, esposos y esposas, para ver en qué lugar nos encontramos. ¿Qué podemos encontrar para nuestra vida matrimonial y familiar?

¡Alegría!

El vino, en la Biblia, es el símbolo de la alegría y de los bienes que traería el Mesías. El  protagonista de la boda de Caná es «el vino». Todo gira en torno al vino que falta y al vino nuevo cuyo origen desconoce el maestresala. Este vino que llega por la acción de Cristo es «vino bueno», que desbanca al primero. Sobre este vino gira también la conversación de la Madre de Jesús con su Hijo: al hacerle ver que el vino de la boda se ha terminado, María está señalando una carencia grave en una boda. ¿Se trata sólo una carencia física o hay algo más?

Podríamos, a la luz de esta lectura bíblica, entresacar y hacer vida en nuestra realidad actual en qué lugar nos encontramos y cuáles son nuestras dificultades, certezas, inquietudes… ¿Tenemos el vino de la alegría en nuestra familia, en nuestro matrimonio? O, tal vez, con el paso del tiempo, los acontecimientos, la vida… nuestro vino se ha consumido o, incluso, se ha avinagrado. ¿Escuchamos de nosotros “No tienen vino”?

«Haced lo que Él os diga»

En este pasaje hay unos sirvientes pendientes de lo que ocurre y de qué hay que hacer en cada momento. En nuestra vida familiar también somos siervos unos de otros. Siervo tiene que ser el esposo de la esposa y la esposa del esposo. Siervos los dos de vuestros hijos. Servidores para que todo esté a punto, para que todo funcione. Nuestra actitud debe de ser como la de los sirvientes, cuando María les dice: “Haced lo que Él os diga”.

Jesús y María están presentes en nuestra familia. El milagro se realiza a través de sus intervenciones: convertir nuestra agua en vino; transformar nuestra sed, nuestra hambre, nuestra angustia, nuestra duda, nuestros desatinos o desaciertos. No desaprovechemos la oportunidad de pedir con un corazón sencillo y humilde: “¡No tenemos vino!”.

Los invitados son todos los que se acercan a nosotros, empezando por nuestros hijos y continuando por los familiares, parientes, amigos, vecinos. Se acercan y nuestra misión es mostrarles la alegría de vivir, la alegría de la celebración, la alegría de una profunda conversión de nuestra agua en vino nuevo.

¡Convierte, Señor, nuestra agua en vino!

Por eso, hoy, recoge en tu cántaro, el más grande que tengas, toda tu agua y preséntaselo al Señor: Convierte, Señor, nuestra agua en vino.

Del libro "Haced lo que Él os diga"

Jose Louzán, Allariz - Comunidade Caná

    La Iglesia Católica celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero de 2025 con el lema «¿Crees esto?» (Jn 11, 26).    

   Esta SEMANA por la UNIDAD se celebra entre la festividad de la confesión de San Pedro y la de la conversión de San Pablo. Se nos invita a los cristianos y cristianas a evocar la oración de Jesús para sus discípulos: «Que todos sean uno para que el mundo crea» (Jn 17, 21). Los corazones se conmueven y los cristianos se reúnen para orar por su unidad. Las congregaciones y parroquias de todo el mundo organizan intercambios de predicadores o celebraciones y cultos ecuménicos especiales. 

   En Comunidade Caná oramos y trabajamos por la unidad de todos los que hemos aceptado a Jesucristo como Señor y Salvador de nuestras vidas.

  
       El noviazgo es el tiempo en el cual los dos están llamados a realizar un trabajo compartido sobre el amor; un trabajo en profundidad. Se descubren poco a poco el uno al otro.  El hombre ‘aprende’ acerca de esta mujer, su novia; y la mujer ‘aprende’ acerca de este hombre, su novio.      
     Desde esta perspectiva -apuntada por el Papa Francisco- hemos preparado 15 temas para ayudaros a verificar vuestro amor. Nuestra propuesta es acompañaros en este camino que tiene meta. La clave ha de ser el diálogo que estos temas, como etapas de un camino, susciten entre vosotros, los novios.

El ITINERARIO se desarrolla en ENCUENTROS MENSUALES
Estamos a vuestra disposición...
986.313.795   canacomunidade@gmail.com    636.086.986 (WhatsApp)
   
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"Aprender a amar a alguien no es algo que se improvisa 
ni puede ser el objetivo de un breve curso 
previo a la celebración del matrimonio
(Amoris laetitia 208)


Rialdarca, itinerario para NOVIOS 

Un sendero de poco más de un kilómetro, para personas de cualquier edad





  • Desde hace tres años, cristianos de diferentes denominaciones, comunidades y movimientos nos reunimos para alabar, proclamar la Palabra e interceder por nuestra sociedad, juntos. Y aprovechamos para hacer fiesta, compartir, charlar y conocernos cada vez más. 
  • Ven a conocer a otros cristianos de diferentes realidades, iglesias y movimientos que aman a Cristo. Aprenderás a respetar la riqueza de la diversidad y celebrar lo que tenemos en común como un solo pueblo de Dios... 


      Jesús el Señor -que nos conoce y sabe cuánto le amamos- quiere hablarnos al corazón, derramar gracias abundantes en nuestro matrimonio y llenarnos de Espíritu Santo para avivar los dones y carismas que ha puesto en nosotros, para que perseveremos en su llamada al SERVICIO de las FAMILIAS que nos ha encomendado....

    Dios viene a poner en nosotros 👫 las certezas que nos construyen: mirar al horizonte que estamos llamados a vivir como Iglesias domésticas que somos y no caminar solas sino con otras familias. 

     ¡Es Jesús el Señor quien nos llama ahora a nuestro Retiro anual de Servidores!



 ¡Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor!
     Contemplamos el Misterio del Dios hecho carne muy unidos a vosotros, nuestros compañeros de camino, Familia Caná, amigos y colaboradores de Comunidade Caná; familias con las que compartimos procesos, encuentros y aventuras; novios y matrimonios a los que acompañamos; hermanos y hermanas en la oración y la evangelización; sacerdotes, pastores y responsables implicados con nosotros en una conversión pastoral... ¡Todos, discípulos-misioneros en comunidad!
     Nuestro Dios viene a nosotros, allí donde se encuentra cada uno. Viene a reinar, a triunfar, a salvar. ¡Viene a hacer posible lo imposible!
     Jesús viene, se pone delante de nuestros ojos, de nuestra situación, y nos dice: (y pronuncia nuestro nombre), ¿qué quieres que haga por ti? ¿de qué quieres que te salve? 
     Conocemos la obra de Dios; la hemos experimentado muchas veces. Pero esta Navidad, este presente, este hoy... es distinto de otros. Con razón tantos dicen: ¡Otra navidad, no! Han escrito navidad con minúscula, han empequeñecido la fiesta. Son los mismos que han empequeñecido la vida, lo cotidiano.
                    
"Danos ojos de niño
que nos salven de la rutina.
que nos hagan ver esas pruebas
que parecen no tener salida
con la confianza de un niño.
Enciende de luz todos nuestros horizontes,
enciende de generosidad nuestras manos.
Concédenos vivir encendidos."
(Ermes Ronchi)

    Que, en esta Navidad, contestemos al Señor y a su pregunta...

«Vino a los suyos... y los suyos no lo recibieron. Pero a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio el poder de ser hijos de Dios» (Jn 1, 11-12)



ALÉGRATE por haber sido tocado por Dios desde el día de tu Bautismo. Eres hijo suyo y, además, en Belén te demostrará una vez más su gran amor: JESÚS.

ALÉGRATE en medio de las contrariedades. Sonríe, aunque a veces estés llorando por dentro...

ALÉGRATE aunque la suerte no te sonría. Dios te acompaña y, tarde o temprano, te dará respuesta.

ALÉGRATE porque Dios sale a tu encuentro. Se hace hombre por salvarnos, para que le veamos, para romper las distancias existentes entre la Tierra y el Cielo.

ALÉGRATE para infundir alegría a nuestro mundo. El pesimismo no se combate con más kilos de tristeza y, por el contrario, sí con una buena dosis de alegría cristiana.

ALÉGRATE aunque, aparentemente, no consigas los efectos deseados. Tampoco Dios, en Belén, se hizo sentir con mucho éxito sino todo lo contrario.

ALÉGRATE en el trabajo. Que se note que eres cristiano. Que irradies la alegría de la próxima Navidad: Dios en medio de nosotros.

ALÉGRATE porque, como Juan Bautista, también tú puedes ser pregonero del nacimiento de Cristo, de su fuerza y de su Palabra.

ALÉGRATE esperando en Dios y, sobre todo, trabajando y optando por su inminente llegada: ¡El Señor está cerca!

¡¡¡ ALÉGRATE !!!    Y, lejos de pretender que cambien los demás, cambia un poco tú. Que el Señor, cuando llegue, encuentre -al menos- tu camino limpio y bien preparado para su nacimiento.



¿Cómo estás esperando esta Navidad? La vida es una continua espera: esperamos a que se haga el café cada mañana , esperamos el autobús, esperamos a que nuestros hijos salgan del colegio, son las esperas de cada día. Nunca desesperamos; pero a veces esperamos algo con ilusión y nos pasa en un abrir y cerrar de ojos. Por eso quiero exhortar -estos últimos días antes de Navidad- a una espera activa espiritualmente. En este año Jubilar 2025 de la Esperanza, tenemos que esperar activamente.«Spes non confundit»: «La esperanza no defrauda» (Rm 5, 5). Es tiempo de preparar nuestro pesebre, el de nuestro corazón, donde tiene que nacer Jesús.

Les propuse a mis alumnos de secundaria que el calendario de Adviento de chocolates, lo sustituyeran por un pequeño reto diario, un gesto que indique que deseamos ir hacia la Luz que nos nace. Tiene que ser algo concreto y escribirlo e intentar ponerlo en práctica: hoy voy a compartir, hoy no me voy a enfadar, hoy voy a bendecir, no me voy a quejar por la comida, hoy voy a ser cariñoso, voy a sonreír a quien me encuentre, voy a hacer un favor.

Los pequeños gestos cuestan mucho, porque no estamos entrenados en lo pequeño o el anonimato. Para las pequeñas cosas, tanto como para las grandes batallas tenemos que abrir nuestro corazón a la gracia de Dios para que él nos las conceda. Dios quiere colmar nuestros deseos, pero el deseo  y necesidad más grande que tenemos es el de Dios y no somos conscientes (Nº 27 CIC). Grita: ¡Hazte hueco Señor y acampa en medio de nuestros chismes!. ¡Maranatha! ¡Dios lo puede todo! (Jeremías 33,3). Nuestra actitud tiene que ser la del Pobre de Espíritu, la de aquel que lo espera todo del Jesusín, el más pobre y el más humilde, Dios con nosotros, ¡Emmanuelillo del Alma!


¿Esperas con fe expectante? ¿Estás en estado de buena esperanza... al menos espiritual? ¿Qué estás esperando de Mí? -te dice Dios- ¿Va a ser una  fecha de Navidad más o esperamos recibir una gracia  de Navidad cómo vivió Teresita de Lisieux?

Dios nos llama a esperar con Esperanza, aunque veamos el mundo, nuestra familia y nuestra propia vida con difícil arreglo, no nos fijemos estos días en el desastre, sino en la Esperanza que es el mismo Dios, que ha vencido al mundo naciendo en medio de la noche.


Dios viene para regalarte todos los retos que necesitamos afrontar... Él es la Palabra; pero como a veces somos muy torpes para escucharla, te propongo la siguiente DINÁMICA:


1. Cuelga de tu árbol o en tu pesebre y ponte a practicar las palabras que resumen la Biblia.


2. Te quiero, te necesito, te perdono, lo siento, siempre voy a estar ahí, ¿qué puedo hacer por tí? , eres maravilloso,  nunca te abandonaré, te invito, ¿empezamos de nuevo?, eres valioso, eres importante, me ha gustado mucho, me llena de paz , ¡qué alegría conocerte! ¡suerte que estás aquí! , ¡qué gozo que existas! , juntos para siempre, ¡qué bueno estar aquí contigo!, no me importa, yo te ayudo, te admiro, te acompaño, te espero, estoy contigo, estoy aquí para ti, confío en ti, eres mi apoyo, por favor, toma lo que que necesites, no te preocupes, ven siempre que quieras, te llamaré, esto es de corazón, contigo no tengo miedo...


3. Puedes sacar estas palabras regalo en la cena de Nochebuena y las puedes decir para los que tienes cerca, para el mundo, para Dios y para ti mismo.


“Dejémonos atraer desde ahora por la esperanza y permitamos que a través de nosotros sea contagiosa para cuantos la desean. Que nuestra vida pueda decirles: «Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor» (Sal 27,14). "Que la fuerza de esa esperanza pueda colmar nuestro presente en la espera confiada de la venida de Nuestro Señor Jesucristo, a quien sea la alabanza y la gloria ahora y por los siglos futuros.” 

(Palabras finales de la Spes non confundit)

Virgen de la Esperanza, ¡ruega por nosotros!

  Fernando de Susana - Colaborador de Comunidade Caná

 
¡Despierta, que Dios viene! 
No ayer, no mañana; viene hoy, ahora...