Comunidade Caná

Comunidad Católica de Alianza integrada por familias en el seno de la Renovación Carismática

E y M: no encapsular al Espíritu

By 7:53 , , ,


    “¡No erijáis vuestros propios planes pastorales bajo la norma de lo que le está permitido actuar al Espíritu Santo!” (Benedicto XVI)

       ¡Estamos en un tiempo nuevo: el tiempo de Aquel que hace nuevas todas las cosas! ¡Aleluya! La acción de Dios tiene lugar -cada vez más inopinadamente- “en el campo” (Num 11, 27). Hay últimos que son primeros…
       El Espíritu surge, a menudo, al margen de los ámbitos que controlamos. Las nuevas realidades eclesiales dependen del dinamismo del Espíritu Santo y se liberan de todo exclusivismo. "Nuestra racionalización pastoral sistemática y planificada corre el riesgo de ahogar los aguijones pastorales que suscita el Espíritu Santo" (Mons Dominique Rey).
     Si nuestra predicación y nuestra acción pastoral no provocan un despertar en el pueblo, no llevan a las personas a tener un cambio de vida y a ser verdaderos discípulos de Jesús... hemos de analizar con profundidad si en lo que trabajamos es, básicamente, en llenar los templos aunque la gente siga vacía de Jesús.



    "Y corrieron a dar aviso a Moisés: Eldad y Medad profetizan en el campo. Entonces respondió Josué hijo de Nun, ministro de Moisés, y dijo: Señor mío Moisés, impídeselo. Y Moisés le contestó: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá que todo el pueblo del Señor fuera profeta, que el Señor pusiera su Espíritu sobre ellos.”  (Num 11, 27-29) 



     Algunas propuestas de acción, en el aquí y ahora, para no estorbar el florecimiento de pequeñas comunidades vivas al estilo de los Hechos de los Apóstoles:

  • Ir donde va la gente; enfocarnos e invertir allí. Echarnos, como Iglesia, al Camino. No construir nuevos templos ni complejos parroquiales. Dejar a las autoridades civiles que restauren y conserven el patrimonio y los monumentos religiosos...
  • Aderezar nuestras Iglesias Diocesanas con aceite y vino, pasarlas por el Fuego y vaciarlas en el Camino de Santiago
  • Adelgazar drásticamente los organigramas. Es tiempo de una buena poda para esa gran hojarasca de Delegaciones, Secretariados... y tantas estructuras y nombramientos (nombro y miento) que oscurecen la fuerza del Evangelio, llegando a suplantar el combate espiritual y la primacía de la gracia.
  • Volver al Principio (en el Principio no fue así…), al punto 0 (Tú has venido a la orilla…) en los Seminarios y otras instituciones.

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