Penitencias pascuales
Desarrolla un estilo de Vida Pascual saludable y luce el tipo este verano Hemos resucitado con Cristo y, por ello, nuestro cuerpo y alma requieren seguir entrenando para preservar intacta esta nueva criatura que Él nos ha regalado. Toda nuestra familia, en mayor o menor medida, camina hacia Galilea, renovada en la esperanza de la Pascua. Sin embargo, la exigencia es grande y, a veces, nos sentimos lejos de una vida verdaderamente resucitada: llena de sanación de heridas interiores, liberación de esclavitudes y adicciones, y la experiencia de un amor maduro y estable. Todo esto es fruto de un proceso, de un caminar paciente y perseverante... Así que, por el camino, podemos ir haciendo “barras”. Vivamos ya el presente como resucitados, cuidando ese hombre nuevo que Cristo nos ofrece, a través de prácticas concretas y cotidianas. Aquí te propongo un decálogo familiar de buena alimentación (*) para fortalecer nuestra vida en Cristo: Menos móvil y más libro Más escuchar y menos hablar Menos mirar y más ver con los ojos de Dios Más heroicidad y menos "perezosidad” Menos grandes promesas y más cumplir pequeños compromisos Más agradecer y menos quejarse Menos taciturnidad y más sonreír y ser amables con todos Más rezar, especialmente cuando menos nos apetezca Menos de Judas y más del Samaritano y el Cirineo La décima la pones tú... Dinámica familiar 1. Vamos a poner un folio en blanco en la pared del comedor o cocina. 2. Vamos a escribir en rojo (+) y en azul (-) por cada penitencia que vamos “haciendo más o menos”. Es decir, que todos los signos nos irán motivando para seguir el plan de "lucir tipo de Resucitado este verano”. Fernando de Susana - Familia Caná (*) Inspirado y tomado de un artículo del Padre Brown en Catholic Exchange (que a su vez recoge Monseñor Munilla en su programa Sexto Continente del 25 de mayo de 2025 - https://www.enticonfio.org/sexto-continente/), quien acuña el término de “penitencias pascuales”.
El uso excesivo del móvil genera una gratificación instantánea pero es una dopamina que se disipa rápido, mientras que la lectura cultiva una satisfacción duradera y profunda. “No amen el mundo ni nada de lo que hay en él... porque nada de lo que hay en el mundo -los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida- proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:15-16).
“Queridos hermanos : Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse” (Santiago 1:19).
“En verdad os digo que el hombre dará cuenta en el día del juicio de cualquier palabra inconsiderada que haya dicho” (Mateo 12:36).
“Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos” (Salmo 19:8).
“Pido también que os sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado” (Efesios 1:18).
“No seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Romanos 12:11).
“A fin de que no seáis perezosos, sino imitadores de los que mediante la fe y la paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12).
“Cumple lo que prometas, porque es mejor que no prometas, y no que prometas y no cumplas” (Eclesiastés 5:5).
“¡Sólo cumpliendo al Señor mis promesas en presencia de todo su pueblo!” (Salmo 116:14).
“Dad gracias en toda situación, porque esta es la voluntad de Dios para todos en Cristo Jesús” (1Tesalonicenses 5:18).
“Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca” (Filipenses 4:4-5).
“Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
“Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes” (Jeremías 33:3).
“Pero un samaritano, que iba de camino, llegó cerca de él y, al verle, fue movido a misericordia” (Lucas 10:33).
“Tomaron a un tal Simón de Cirene... y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús” (Lucas 23:26).
¿Qué compromiso pascual añadirías para tu familia? Hazlo oración y acción.
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