"Pues, así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros cumplen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada cual existe en relación con los otros miembros" (Rom 12, 4)
En estos días de verano y encuentro familiar, no dejo de sorprenderme por la diversidad en nuestra propia familia. Hermanos, sobrinos, primos... compartimos sangre y fe, pero todos somos muy distintos y diversos en gustos, habilidades, proyectos de vida.
Los encuentros de familia a veces son cómo la Alegoría de la Asamblea de la Carpintería: un martillo que hace ruido, otro que es un tornillo que le da vueltas a todo, hay quien hace un poco de lija o de centímetro de medir con el comentario certero. Los abuelos son como los dueños de la carpintería y es fácil que se pongan a funcionar y hagan un mueble bello; aunque detrás de ellos está el ebanista mayor que es Dios.
Somos también la familia como una orquesta donde cada uno hace sonar los instrumentos. Según un estudio, los más extrovertidos son los que tocan instrumentos de viento -en especial la trompeta-; luego están las personalidades que tienen más tacto y delicadeza (son los pianistas) y aquellos de nuestra familia que tienen palabras que tocan el alma (son los de cuerda, como violinistas y guitarristas). También tenemos en la familia expertos en alborotar todo: son los de la percusión; sus vibraciones son contagiosas, tocan la caja o los timbales o la batería, capaz de revolucionar todo.
Si me voy a la pintura, la familia tiene sus colores más suaves y difuminados en aquellos que dan luz y envuelven con su armonía y su paz; otros se proponen con colores más vivos y definidos porque están en un momento de descubrimiento personal y llenan de vida a los otros. Puede que, incluso, en el cuadro familiar se vea ya que los colores han tomado forma en La Libertad guiando al Pueblo o El descendimiento de Vander Weyden. Si llegásemos a encontrarnos a Saturno devorando a sus hijos, no os asustéis: forma parte de la dinámica familiar a veces.
En conclusión: no importa si el mueble que ha producido tu familia es un rococó o es una sencilla mesita de noche, si vuestra música es Aída o la Danza de los Sables, si estáis en el impresionismo o si se ha producido una obra dadaísta. Lo importante es estar juntos, porque la mesa es uno de nuestros altares familiares.
Después de esto... yo quería llegar a “mi paella”. Sus ingredientes (en analogía con la familia): allí está el arroz, los guisantes, el pollo, la sal…y todos los ingredientes que queráis incorporar, porque la paella -aún teniendo cierta ortodoxia- es abierta como la familia de los Hijos de Dios.
Aquí viene la DINÁMICA que propongo en la sobremesa:
1. A cada uno de los asistentes a la paella de este Domingo (mis primos, mis padres, mi mujer, uno de mis hijos) les he asignado un ingrediente escrito en un papel que introduciré debajo
de su plato: arroz, pollo, sal, guisantes, azafrán, agua, amor, verdura (había más ingredientes pero escogí estos suficientes para mi número de comensales).
2. A cada ingrediente le he asignado una frase bíblica. Por ejemplo, para el pollo he escogido: “El Señor levantó un viento del mar, que trajo bandadas de codornices y las arrojó junto al campamento, aleteando a un metro del suelo en un radio de una jornada
de camino" (Núm 11, 31). Para el Agua: “Yo bautizo con agua pero hay otro que…” (Jn 1, 26).
3. Cada uno irá leyendo por el orden que designemos (reacción en cadena) el ingrediente que le ha tocado... Con cada cita bíblica se actúa o
tiene una prueba que cantar: por ejemplo. el pollo aletea alrededor de la mesa y el agua tiene que cantar "Ooooh, hay que nacer del agua".
Es maravilloso ver cómo Dios actúa cuando utilizamos su Palabra en nuestras dinámicas familiares. Tengo que deciros que las palabras e ingredientes cayeron en cada comensal
apropiado. No miré donde ponía los papeles y, cuando mi sobrina que está por bautizar recibía el ingrediente del agua, se conmovieron mis entrañas, porque esta semana. mi familia -queridos hermanos- ha tenido momentos de Pinturas Negras de Goya y me he visto en los Fusilamientos del dos de mayo. También ha habido momentos Heavy Metal... ¡Bendito sea Dios que siempre construye! Quien quiera la dinámica
completa con las palabras bíblicas que utilicé, que me escriba: fersaguilar@gmail.com.
Fratelli Tutti (interesante seguir leyendo este verano) y el helado de tutifruti, junto con la paella y mis recientes avatares familiares me han inspirado a escribir esto.
Fernando de Susana - Comunidade Caná
Autor de la entrada
Comunidad Católica de Alianza
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