El Amor derramado (Rm 5, 5)
Esta mañana de Domingo V de Cuaresma 2019, Jose, Paqui, Javier y Montse (CCaná) hemos visitado la Iglesia Evangélica Pentecostal de Vigo, en compañía de Wayne y Hilary, Alfonso, Debbe, Marcelo y Pauline (JCUM - Hope House). Nos hemos encontrado con unos 130 hermanos y hermanas de todas la edades y diferente razas y culturas. Hemos participado en su Asamblea Semanal. Los Back han predicado, dando testimonio y exhortado sobre Rom 5. Después, coordinados por A. Cherene, los cinco matrimonios hemos orado por los responsables de la Iglesia, por los jóvenes y por todos los hermanos y hermanas que se han acercado...
Ha sido el último acto de estos siete días en los que hemos ido de victoria en victoria, siendo cómplices del Espíritu Santo. De Australia nos ha llegado una ola... Se trata, ahora, de surfear.
Tres claves para "pillar ola", acogiendo el Don de esta semana:
- MISIÓN. Sin barreras geográficas, lingüísticas, culturales o religiosas. Anunciando a Jesús: Tanto amó Dios al mundo que envió ha su Hijo para que nadie se pierda.
- CARISMAS. El Espíritu Santo es el mismo en todos los lugares y en todos los tiempos. Primacía de la gracia: Los que se dejan mover por el Espíritu, esos son hijos de Dios.
- KOINONÍA. Vivir y evangelizar en familia, en comunidad, vinculados por el Espíritu Santo, conectados con otras comunidades, empresas, ministerios, movimientos: En esto conocerán que sois mis discípulos.
Esta mañana había un río, una corriente que atravesaba el salón de la Iglesia Evangélica Pentecostal de Vigo. La misma que atravesó el local de la Delegación de Ecumenismo en Santiago el martes o la Casa Rectoral de Tirán el miércoles por la tarde y de lunes a viernes por la mañana. Es un río que corre de una comunidad cristiana a otra, que baja al mundo y quiere entrar en los corazones que tengan -al menos- una grieta por donde pueda colarse.
«Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar, y os daré un corazón nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios» (Ez 36, 24-28)
"Yo restauraré lo que el pulgón se ha comido, tantos años la langosta destruyó. Haré venir para ti a las naciones. Y sanaré... sanaré vuestra tierra -dice el Señor-."
"Una de las señales de vida de una comunidad es la creación de lazos [...] Las comunidades que viven, se unen a otras, constituyendo una vasta red de amor por el mundo. Y como no hay más que un Espíritu que inspira y vivifica, las comunidades que nacen o renacen bajo su inspiración, se parecen incluso sin conocerse. Las semillas que Él siembra por el mundo como anuncios proféticos del futuro, tienen un espíritu común".
(Jean Vanier)
«Todo será rehecho por un milagro de la gracia de Dios. ¡Un nuevo corazón, un nuevo espíritu, una alianza nueva, una vida nueva, una tierra renovada! Dios volverá a mirar a los suyos para bien. Los ríos irán llenos de agua y el desierto se convertirá en una vega fértil. Las heredades desoladas serán reconstruidas y el pueblo "pacerá en seguridad". El Señor Dios volverá a encontrar su gozo en estar con los suyos. No habrá llanto, ni dolor, ni muerte. La tierra estará llena del conocimiento de Dios como las aguas cubren la mar».
(Vicente Borragán. NOMADAS DE DIOS. Un hombre en camino)
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