Comunidade Caná

Comunidad Católica de Alianza integrada por familias en el seno de la Renovación Carismática

Odres nuevos

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     En el Encuentro Mundial de la Familia Carismática (CHARIS) en Roma, el pasado noviembre, el Papa Francisco nos ha llamado a todas las realidades y expresiones de la Renovación Carismática -como Comunidade Caná- a seguir realizando en este s. XXI los Hechos de los Apóstoles (Hch 29).

 "Hay que echar el vino nuevo en odres nuevos" (Mt 9, 17)


1. Volver a elegir la Comunidad

La Comunidad es el lugar donde se vive la fe con otros hermanos, donde se crece, donde se desarrollan los dones y carismas, donde se establecen unos vínculos de pertenencia que nos impulsan a salir al mundo desde una identidad. 

Este primer titular es sobre todo para los comprometidos, pues es en nosotros donde surgen las tentaciones de estancamiento. A vivir la Comunidad a medias. A ir tirando. 

Este cambio de época exige que los cristianos vivamos en pequeñas comunidades. Minorías creativas, las llamó Benedicto XVI. Renovar nuestro compromiso en la Comunidad es algo más que participar en el Acto de Alianza anual; es más que participar en los encuentros mensuales. Es renovar nuestra pertenencia: volver a confirmarnos y confirmar a los hermanos que éste es el lugar preparado por Dios para nosotros, al que Él en persona nos ha llamado. 

Y para todos  es importante saber escuchar a la Comunidad... 

  • ¿Qué me está diciendo mi Comunidad? 
  • ¿Escucho esa voz como la voz de Jesús para mí en el presente de mi vida? 
  • ¿Me interesa esa voz? ¿Me interpela? 
  • ¿Creo verdaderamente que la Comunidad es un medio privilegiado para conocer la voluntad de Dios? 
  • ¿Me escondo de la Comunidad?
  • ¿Hago mi vida, tomo mis decisiones... y después está la Comunidad en la cual comparto una parte de mi vida?

Que nuestro sí sea sí y nuestro no sea no. La Comunidad tiene que ser vivida con determinación a dejarme acompañar, dejarme hacer. La vivencia de Comunidad exige de nosotros una sinceridad radical de toda nuestra vida, para que Dios pueda hacer en nosotros y llevar a cabo el "querer y el obrar". 

«Porque es Dios, más allá de vuestra buena disposición, el que en vosotros activa tanto el querer como el obrar» (Fil 2, 13).


2. La fraternidad no es una opción, es el camino

Vivir en Comunidad es poder decir: "Tengo hermanos, con todas las consecuencias". 

La llamada a la Comunidad exige una respuesta firme  e inequívoca en cuanto a la fraternidad. 

Porque la naturaleza humana -carnal- va por un lado, y el Espíritu por otro. Los hermanos no los elijo; llegan a la Comunidad. Y este caminar juntos nos va purificando, nos va aligerando de pesos, de cargas, de apegos... y nos acerca a Jesús. A veces pensaré que esos hermanos no me sirven, no me ayudan. Otras veces estaré feliz y contento/a. Otras dudaré. 

Debemos preguntarnos con el corazón en la mano: ¿Quiénes son mis hermanos en la fe? ¿Quiénes están en la barca conmigo y con Jesús? Mirad a quiénes eligió Dios. El seguimiento de Jesús en comunidad es una elección radical. Es una exigencia del Evangelio.

Vemos cómo una gran deficiencia de nuestra Iglesia es la falta de vida comunitaria. La vida de fe se va convirtiendo en un culto individual, en unas devociones particulares. Y después en una serie de tareas, servicios, apostolado que los creyentes van viviendo en su parroquia o movimiento. Pero estamos perdiendo el Fuego de Pentecostés. Este fuego viene a la Comunidad. Llegó cuando estaban todos reunidos... Y puede llegar de manera personal; pero el fuego del Espíritu nos envía a una Comunidad. 

Este segundo titular nos lleva a una segunda elección, consecuencia de la primera. Elijo de nuevo a mis hermanos. Me comprometo con ellos, me implico, me ato a ellos; decido, otra vez, caminar con ellos. Asumo en mi vida sus historias de salvación.

¿Cómo vivo en Caná la realidad de acompañar y ser acompañado? ¿Para qué existen los acompañamientos en Caná?

Me acompaña la Comunidad, pero los acompañantes pueden abajarse a lo concreto de la vida del hermano/a y de la familia y tocar aquellos puntos más sensibles de su vida que pueden significar heridas, nudos, bloqueos, estancamientos. 

No sirven de nada sin un permiso interior y profundo para dejarnos acompañar, guiar, iluminar. Porque el crecimiento espiritual tiene una claves específicas y unas prioridades. ¿Qué es prioritario en mi vida? Es un tema de toda la  Comunidad, pero no toda la Comunidad puede hablar con concreción sobre ese aspecto. Hay una jerarquía en la vida interior: persona, matrimonio, familia, Comunidad, servicio, ministerio, dones, carismas... 

 

3. La vida de Comunidad nos hace humildes

La humildad no es ser pequeños, no es sentirse pequeños, no es saberse pequeños... La humildad consiste en hacerse pequeños, por amor, para elevar a los demás. «Sed humildes. Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo, el cual, siendo Dios, tomó la condición de esclavo...» (Fil 2, 3-5).

La vida de Comunidad nos va enseñando este camino de la humildad, sin el cual no hay progreso espiritual ni crecimiento en la fe.

Sé que soy más humilde desde que he vivido la experiencia de otros Moderadores que hacen las cosas de otra manera distinta a la mía, que me exigen una aceptación de otros ritmos, otras prioridades, otro estilo... ¿Cómo, si no, voy a crecer en humildad? Uno solo no puede crecer en humildad. Se crece a través de humillaciones, equivocaciones, paciencia y sinsabores. 


4. Avanzar en la espiritualidad carismática hacia el 2033

A través de la experiencia de Roma y de la escucha a este nuevo tiempo, se nos abre un horizonte más amplio y rico en nuestra espiritualidad carismática. Newness: vino nuevo para odres nuevos.

  • Apertura a todas las realidades carismáticas, colaboración con ellas: vivencia de que somos una familia dentro de la Iglesia: CHARIS, gracia. 
  • SVE, ecumenismo, atención a los pobres.
  • Insertados en la Iglesia y no aparte.
  • Cercanía y cuidado de los sacerdotes.
  • Caminando hacia el Gran Jubileo 2033. 

Siempre adelante con los ojos fijos en el Señor (Hb 12, 1-3)


Montse y Javier- Comunidade Caná


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