Comunidade Caná

Comunidad Católica de Alianza integrada por familias en el seno de la Renovación Carismática

El camino de la OBEDIENCIA en nuestra Comunidad

By 16:00

En nuestro último Encuentro de Comunidad, volvimos a vivir momentos de intimidad y fraternidad a través de las pantallas de nuestros ordenadores


En el Encuentro comunitario, uno de los temas de formación fue la obediencia. En este curso en el que estamos descubriendo la unción personal de cada uno para ponernos al servicio del Reino de Dios, no hay mejor camino que el de la obediencia. "Sean dóciles a la Palabra de Dios para saber discernir y obedecer", nos decía el papa Francisco en una de sus homilías; así que, con esta invitación, nos hemos ocupado y preocupado de cómo entendemos lo que es obedecer y a qué lugar nos lleva.

Queremos compartir con vosotros que entráis en nuestro blog, algunos puntos interesantes que fueron luz para nuestro camino en esta cuestión.

 La necesidad de purificar el significado de las palabras

Orar es escuchar esta voz amorosa. Esto es en definitiva «obedecer». La palabra «obediencia» viene del latín «ob-audire», que quiere decir escuchar con gran atención. Si no escuchamos, nos hacemos «sordos» a la voz del amor. La palabra latina para decir «sordo» es «surdus». Ser completamente sordo es ser absurdus, sí, absurdo. Cuando dejamos de oír la voz amorosa que nos habla en cada momento, nuestras vidas se convierten en vidas absurdas en las que somos arrastrados y zarandeados por el pasado y el futuro. (AQUÍ Y AHORA. Henri J. M. Nouwen)

La primera conclusión a la que llegamos es que la obediencia -escucha- nos libera de nuestra obcecación y sordera, abriendo nuestro espíritu a la Palabra de Dios que trae a nuestra vida la dirección a la Santidad. Encontrarnos con la Voluntad de Dios.

- Orar es escuchar esta voz amorosa.
- Orar es vivir en obediencia. Vivir escuchando a Dios.

Y la segunda conclusión fue que tener, o no, una vida absurda está en nuestras manos, es una opción que nosotros elegimos, no tiene nada que ver con la suerte, con la cruz, con la tribulación, con la prueba… que haya en nuestra vida.
Nosotros elegimos, incluso en la vida de fe, nosotros elegimos, somos nosotros los que permitimos o no a Dios que haga su obra en nosotros.

Os prometemos una segunda entrega sobre este tema que tanto nos ayuda a crecer en lo humano y en lo espiritual...

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