Comunidade Caná

Comunidad Católica de Alianza integrada por familias en el seno de la Renovación Carismática

Engendrar la alegría

By 13:37 ,

«Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga el amor infinito e inquebrantable [de Dios]. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría». (Papa Francisco)

El amor es la fuente de la alegría

No nos cansamos de repetirlo, si somos amados, podemos amar, y el amor es la fuente de la alegría en la persona.
No es el bienestar, ni el orden, ni el perfeccionismo. Tampoco es tener lo necesario y mantener una vida equilibrada y armoniosa. Amar y ser amado es lo que hace a una persona feliz, y siendo feliz, la alegría viene a quedarse en la vida de uno.
Esta es la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos, enseñarles la fuente de la alegría. Porque vivir alegres es una opción que uno escoge, no porque sea saludable, que lo es; no porque sea recomendable que también, sino que es la opción natural al saberse amado.
Ante cualquier dificultad, optar por estar alegre te lanza hacia adelante, te abre el camino, te despeja el horizonte. Si somos padres alegres, nuestros hijos -ya sean niños, adolescentes, jóvenes o adultos-, serán alegres. Si como hijos vemos que nuestros padres han olvidado la alegría, debemos recordarles el amor que hemos recibido de ellos y así ellos retornarán a lo importante.

¡Vivid en la alegría!

Estar alegres no tiene nada que ver con ser optimistas empedernidos pase lo que pase, ni siquiera se trata de mantener una sana inteligencia emocional como se nos dice tanto ahora. En realidad uno es alegre porque tiene un motivo para serlo, y ese motivo tiene que ser muy importante para que la alegría sea luz e impulso.
En la familia nos encontramos a cada paso con dificultades, algunos dirían que son algo más que dificultades, a veces son situaciones de sufrimiento y dolor, la enfermedad que aparece y se instala, la precariedad económica y laboral, las crisis en la convivencia que minan toda ilusión, frustraciones, desengaños, infidelidad… Y sin embargo la invitación es rotunda: ¡Vivid en la alegría!, una alegría que despeja cualquier dificultad, porque nace de la fuente verdadera. Pablo VI escribió: «nadie queda excluido de la alegría que reporta el Señor», y es esa la alegría verdadera que te impulsa a ser madre, padre, hijo, sin frustraciones ni resentimientos.

¡Probadlo!

Si en estos momentos tú, tu familia, necesita de la alegría, id a la fuente. «Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser verdadero. Allí está el manantial» (Evangelii gaudium, Papa Francisco).

Esta entrada que ahora estás leyendo en este blog, forma parte de lo que hemos llamado: Armas para la batalla de la vida familiar, a saber: la bondad; el perdón; la alegría; la palabra; la escucha, y no son artículos formativos, ni profesionales, sino que queremos compartir con vosotros nuestro testimonio como familia, y animaros a utilizar estas armas porque serán buenas herramientas para vuestra vida familiar por encima de la mediocridad o de una vida aceptablemente buena. Así que os animamos. ahora que habéis llegado en vuestra lectura hasta este punto, a que en una velada familiar hagáis juntos una lista de todo lo que quedaría fuera de vuestro hogar si dais más espacio a la alegría, y algo también importante, ¿cuál es en vuestra familia la fuente de la alegría? Eligiendo bien la fuente vuestra alegría será auténtica o solo una copia poco perdurable. ¡Sed familias engendradoras de alegría!
¡Ánimo y a las armas!


1 comentarios

  1. ¿Qué es lo que me da más alegría? Es decir gozo profundo en el corazón. Pues yo creo que cuando nos olvidamos un poco de nosotros mismos y abrimos el corazón a lo que nos rodea. El mejor regalo es cuando alguien te abre el corazón porque quiere decir que se siente acogido. Estoy alegre cuando veo el compartir la vida de mi familia y hermanos.


    No hemos podido reunirnos y hacer jaleo, pero sin embargo veo que ha habido una alegría profunda porque hemos estado donde Dios ha querido, muchos con vuestros mayores y todos viviendo con más saboreo y profundidad estas fiestas cerca de los que están que no siempre se logra. !Gloria a Dios¡

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