Comunidade Caná

Comunidad Católica de Alianza integrada por familias en el seno de la Renovación Carismática

Mirar de frente el combate

By 19:01 ,

 

La vida de Teresa de Lisieux no es solo luz para monjas y curas, no solo es un buen modelo para una persona consagrada en una comunidad de vida religiosa. En la familia también necesitamos no perder de vista las inspiraciones que nos lleven a ser fieles a nuestra vocación; y nuestra vocación al ser padre, madre, hermano, hijo… es el Amor. Y... ¡vaya si Teresa es una buena inspiración!

Teresa de Lisieux hacía mirar los combates de frente

En la vida familiar constatamos todos los días nuestras diferencias. Somos distintos en el carácter, en la edad; vivimos momentos vitales diferentes; y la confianza y la cercanía nos hace a veces ser duros con los otros. Y, luego, también están los problemas sobrevenidos, las dificultades que se encuentran en la vida y que a veces inciden en la vida de la familia haciéndonos sufrir.

Al leer sobre Teresa, uno se da cuenta de que fue una persona tocada por una gran originalidad a la hora de ver, comprender y vivir las situaciones concretas. Teresa propone que no se evite una dificultad, que no nos evadamos de ella, que no la neguemos y avancemos sin prestarle atención. Y puede resultar hasta divertido ver que Teresa propone, ante las dificultades, una salida diferente: “pasar por debajo”:

“Somos demasiado pequeñas para sobreponernos a las dificultades; es necesario que pasemos por debajo de ellas” (Teresa de Lisieux C y R II, 37)

Pasar por debajo, es sentarse en la dificultad y vivirla desde dentro, es decir, sufrirla porque contiene el sentido oculto de nuestro porvenir. Pasar por encima constituye siempre una salida falsa.

¿Pasar por encima de las dificultades?

Esta es nuestra reacción muchas veces, y -¡oh, sorpresa!- Teresa invita a mirar las dificultades de frente. No hay que buscar evadir un trabajo, huir de uno que tiene un carácter difícil, y no hay que soñar en otra cosa si no, en lo que hay que vivir. Uno permanece sumergido en lo cotidiano tal como es, pues es ahí donde se hace santo. La vida divina se alimenta de la vida cotidiana más ordinaria. El abandono no es una manera de hacer la vida más fácil, sino de ayudarnos en lo difícil con medios muy pequeños.

¿Veis lo necesario que es vivir así todos los días en casa?

¡Familia siempre en construcción!

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