Comunidade Caná

Comunidad Católica de Alianza integrada por familias en el seno de la Renovación Carismática

"¡Haced lo que Él os diga!" (4)


 "¡Haced lo que Él os diga!" (4)


    “La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre. Estaba en el mundo pero el mundo, aunque fue hecho por ella, no la reconoció. Vino a los suyos y los suyos no la recibieron pero a los que la recibieron, a todos aquellos que creen en su nombre, les dio poder para ser hijos de Dios. Estos son los que no nacen por vía de generación humana, ni porque el hombre lo desee, sino que nacen de Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros y hemos visto su gloria, la gloria propia del Hijo único del Padre, llena de gracia y de verdad.” (Jn 1, 9-14)


Les dio poder para ser hijos de Dios

      El Adviento es un tiempo precioso. Es el tiempo que se nos presenta para esperar la venida de Jesús. Representa también toda nuestra vida, porque durante nuestra vida esperamos que Jesús venga; hacia Él caminamos.
       San Bernardo, en el miércoles de la I semana de Adviento, nos habla de tres venidas.
> En la primera, el Señor se manifestó en la tierra, vino en la debilidad de la carne.
> En la tercera venida, el Señor vendrá en gloria y majestad.
> ¿Y la venida intermedia? Es aquí y ahora. Es hoy. Jesús de Nazaret que nació en Belén, vivió haciendo la voluntad del Padre, murió, resucitó, subió al cielo y envió el Espíritu Santo, viene ahora a nosotros, a sus elegidos y amados, en espíritu y poder. Viene a lo profundo de nuestras almas como brisa suave, pero poderosa. “Si yo cambié, fue por tu Espíritu, no por mis fuerzas”.
      Ya están aquí las bombillas, las luces, ya se llenan nuestros pueblos y ciudades de ellas. Ellas nos avisan de una Navidad de luces, compras, regalos… ¡todo material!. Pero los cristianos sabemos que la LUZ nace del Niño de Belén, no de las bombillas que adornan nuestra calle. Y el Niño de Belén no puede venir a iluminar nuestras almas si están llenas de bombillas, es decir, de seguridades humanas, de preocupaciones del mundo, de deseos que no vienen de lo alto.
     Jesús, Tú eres nuestra fuerza, nuestra luz. ¡Tú has vencido! Y cuántas veces no te dejamos vencer al mundo que se nos ha colado dentro del corazón, vencer nuestras actitudes mundanas.

El Niño de Belén es la Luz del mundo
A los pobres los colma de bienes
Él es la victoria que vence al mundo
     Atrévete a ir más allá... 
          Seguramente, ya ha entrado en tu corazón la preocupación por las compras de Navidad (regalos, comidas…) Te invito a que esto no inquiete tu corazón y no llene todo tu tiempo. Estás llamado/a a ser con tu presencia luz y para ello debes llenarte de la Luz de Cristo. Ora cada día por ti y tu familia, preséntalos al Señor y él Espíritu Santo te inspirará algo que va más allá de lo material. 
¿A quién te tienes que acercar de manera especial esta Navidad? 
¿A quién tienes que perdonar?

Montse de Javier, Comunidade Caná 

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